La calificadora de riesgo Fitch bajó la calidad crediticia soberana un escalón, de AAA a AA+, citando el deterioro fiscal esperado durante los próximos tres años, una carga de deuda pública alta y creciente, y una erosión de la gobernabilidad. Esto lo podemos observar en los repetidos enfrentamientos que ha habido con los límites de deuda y disputas presupuestarias que se han resuelto a último momento durante las dos últimas décadas. La medida del martes se produjo un día después del anuncio del Departamento del Tesoro que pedirá prestado alrededor de $1.850 millones en la segunda mitad del año, de los cuales $1.000 millones serán en este tercer trimestre. Si bien la inflación se ha desacelerado, los inversionistas son conscientes del aumento de los precios de la energía y el crecimiento económico de EE.UU. que ha demostrado ser más resiliente de lo esperado, factores que podrían mantener la política de la Reserva Federal más estricta por más tiempo. El rendimiento del bono a 10 años subió a sus niveles más altos del año el viernes, cerca de sus niveles máximos de 2022 de 4,24%.
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