En el segundo trimestre del año la economía de Estados Unidos creció a una tasa del 2,8% considerablemente por encima del 2,0% estimado y una tasa sustancialmente mayor a la del primer trimestre en la cual experimentó un aumento del 1,4%. Esto se debió en gran parte a una sólida demanda de los consumidores, lo cual ayuda a aliviar las preocupaciones acerca de la salud del consumidor norteamericano.
El consumo personal contribuyó con el 2%, mientras que el aumento de inventarios fue un factor importante en el crecimiento. El viernes, la lectura de junio del índice de precios de gasto de consumo personal básico, la medida de inflación preferida por la Reserva Federal de EE.UU., aumentó en un 0,2%, en línea con las expectativas. Hay que tener en cuenta que el año pasado, subió un 2,6%, ligeramente por encima de lo esperado.
Con los mercados anticipando completamente un recorte de tasa del 0,25% por parte de la Fed en setiembre, la curva del Tesoro de 2 a 10 años se empinó a -0,15%, un nivel de resistencia que ha limitado múltiples episodios de empinamiento en los últimos dos años. Antes del sólido informe del PIB de EE.UU. del jueves, los inversores habían calculado un 20% de probabilidad de que la Fed recortara las tasas en un 0,5% en su reunión de setiembre. A medida que esas probabilidades disminuyeron, la curva se aplanó de nuevo hasta -0,185%, aunque termina la semana aproximadamente 10 puntos básicos más empinada que hace una semana.
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