El crecimiento económico fue sólido en el tercer trimestre, con un avance del PIB del 2,8%, impulsado principalmente por el consumo personal. Sin embargo, la caída en las exportaciones netas afectó el crecimiento. Las importaciones aumentaron, atribuibles a la preparación ante una breve huelga en los puertos de la Costa Este. La inflación medida por el índice PCE subyacente, indicador clave para la Fed, se desaceleró a 2,2%, lo cual puede favorecer un enfoque más flexible en política monetaria. En respuesta, los futuros del mercado descuentan completamente una reducción de tasas de 0,25% por parte de la Reserva Federal en su próxima reunión, con otra potencial en diciembre. El sector manufacturero, sin embargo, continúa en declive; el índice ISM cayó de 47,2 en setiembre a 46,5 en octubre, marcando una contracción.
En octubre, el mercado laboral de EE.UU. mostró un crecimiento menor al esperado en las nóminas no agrícolas, con solo 12.000 empleos nuevos, afectados por huracanes y una huelga de maquinistas contra Boeing, que redujo 44.000 puestos. La Oficina de Estadísticas Laborales no pudo cuantificar el impacto exacto de los fenómenos climáticos. Aun así, otros indicadores como las solicitudes de subsidio por desempleo no sugieren una debilitación considerable en el mercado laboral. En cuanto a los costos laborales, estos crecieron un 3,9% interanual en el tercer trimestre, ligeramente menos que en el trimestre anterior (4,1%), pero mostrando presión en los salarios.
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